
Es un periodo en el que hay que intentar organizarse lo mejor posible, pues hay tiempo para todo. Por eso, los peques pueden disfrutar con variedad de propuestas para el ocio: viajes, baños -en piscina, playas, pantanos, ríos...-, comidas -que prueben la inmensa variedad de sabores de los alimentos propios de esta temporada-, salidas al cine -al aire libre, si es posible-, al teatro y otros espectáculos, encuentros familiares y sociales, ..., pero también se debe planificar algún tiempo para no perder algunos hábitos adquiridos con mucho esfuerzo y trabajo a lo largo del curso, como puede ser el de leer cada día un ratito, jugar con pasatiempos -laberintos, sopas de letras, actividades de atención visual...- incluso es muy bueno que tengan espacios para el "aburrimiento", momentos en los que ellos mismos busquen alternativas de forma creativa y personal, pues creemos que es bueno que no todo el tiempo esté planificado, y menos aún en vacaciones. Y es muy importante que aprendan a gestionar ellos mismos su tiempo libre.