Hay un tipo de cuentos muy especiales, como éste por ejemplo, pues son
Cuentos para entender el Mundo.
EL NIÑO QUE PUDO HACERLO...
Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.
Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que con-siguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.
A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.
Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.
-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.
Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.
-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.
-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.
-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo.
Fuente: Eloy Moreno. Adaptación de un cuento popular. Incluído en “Cuentos para entender el mundo”
La última frase es enormemente reveladora, y debería dar pie a una profunda reflexión de cómo actuamos muchas veces los adultos frente a los niños, pues sin darnos cuenta les cortamos las alas e impedimos que vuelen todavía más alto de lo que nosotros creemos que pueden hacerlo. Además, son ellos quienes deben encontrar sus posibilidades, tanto como sus limitaciones, pero con su propia experiencia.
Ya lo había leído y me encantó. También podríamos aplicarlo a los adultos
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