El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza
Un día, nada más asomar el topo la cabeza por el agujero de su madriguera, ¡zas!, alguien se hizo eso encima de su cabeza. Eso era gordo y marrón; se parecía un poco a una salchicha. Sí, sí puedes reírte, pero al topo maldita la gracia que le hizo.
Él se enfado, con razón.
¡Cómo no se iba a enfadar! Imagina que te lo hacen a ti, que nada más salir del portal de tu casa, ¡plaf!, alguien te tira eso encima de tu cabeza. Si eres tan educado como el topo, exclamarías como él mirando hacia arriba:
–¡Qué ordinariez! ¿Se puede saber quién se ha hecho esto en mi cabeza?
El indignado topo pregunta a todos los animales que conoce para saber quién es el culpable de tan enorme grosería.
Los animales a los que pregunta le contestan, también con exquisitas maneras, que ellos no han sido. Para que el topo compruebe que no mienten, cada uno de ellos le muestra cómo hace eso. Y asombra comprobar que cada uno lo hace de manera muy diferente.
Resulta apasionante y divertido, (divertido para todos menos para el topo) seguir las averiguaciones de este indignado animalillo que hace de detective privado. Quiere saber, quién fue el desconsiderado que le plantificó eso en su cabeza. Como buen detective, acaba preguntando a los mejores expertos, que, en estas cuestiones son, claro está, las moscas.
Este es quizás el único libro que trata de eso sin necesidad de llamarlo por su nombre. Y lo hace con desenfado, delicadeza, excelente humor y unas espléndidas ilustraciones.
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