CUANDO EL NIÑO MIENTE
"Si quieres que los demás confíen en ti, tienes que merecerte su confianza"
La mayoría de las investigaciones realizadas sobre la mentira infantil recalcan que uno de los factores de prevención principales de la falsedad a cortas edades es la actitud que muestren los padres con respecto a esta. Ángeles Gervilla, catedrática de Didáctica en la Universidad de Málaga y autora del estudio 'La mentira infantil', afirma que la contribución más importante que pueden hacer los progenitores para educar a un niño sincero es "desarrollar una relación fundada de manera sólida en la confianza". Para ello, apunta, es necesario "demostrarle con regularidad que confiamos en el pequeño".
Por su parte, Paul Ekman, autor de 'Por qué mienten los niños' (Paidos Ibérica, 1999), señala que el pilar fundamental para evitar la mentira en los niños es la sinceridad. El menor necesita un ambiente en el que se sienta libre, tranquilo y relajado. El entorno familiar y escolar debe premiar una verdadera comunicación. Y esto implica además, concluye Ekman, "la ausencia total de represión y miedo".
¿Cuántas veces nos ha tocado, como padres o profesionales, estar frente a la mentira de un niño? A veces de la manera más inocente, y otras veces con verdadera premeditación, lo cierto es que la mentira en el niño es casi una forma normal de comunicarse en el ambiente en que cotidianamente nos desenvolvemos.
TIPOS DE MENTIRA EN EL NIÑO:
Cuando le decimos a un niño "Estás mintiendo", debemos tener mucho cuidado. Mentir es decir falsedades, es engañar a través de la palabra. Un niño que miente no siempre lo hace con intención.
Normalmente, los niños menores de 7 años tienen la tendencia a confundir la realidad con la fantasía. De ahí que sus juegos parecen tan vívidamente reales. En esta edad, cuando un niño se acerca a nosotros y nos dice "Por favor límpiame la cara que me quedó llena de barro luego del combate en el que estuve...", nos está invitando a participar de su fantasía y no está intencionalmente queriendo engañarnos. Este tipo de "mentira" es inocente, sin premeditación y sobre todo sin querer conseguir ningún beneficio con ello.
A partir de los 7 años, aproximadamente, el niño empieza a tener mayor conciencia de su realidad y se da cuenta que a veces falseando la verdad puede conseguir ciertos beneficios personales. Por ejemplo, el niño que asegura haber comprado un dulce con una moneda que se encontró en la calle, cuando en realidad la sustrajo del monedero de su mamá...
Padres, maestros y orientadores nos preocupamos ante este segundo tipo de mentira en el niño, pues es el que implica mayores problemas posteriores.
¿POR QUÉ MIENTE EL NIÑO?
Queda claro, entonces, que en niños pequeños la mentira se da como parte de su juego, pues su fantasía se confunde y entremezcla con la realidad.
Cuando el niño un poco más mayor miente, puede ser por diversas razones:
Sea cual fuere la causa concreta de la mentira, siempre es señal de que el niño está en apuros. El que miente es porque lo necesita. Con la mentira, el niño nos está diciendo "ayuda".
¿CUÁNDO PREOCUPARSE?
No siempre la mentira es tan grave como para preocuparse. Cuando la mentira es fruto de la fantasía, normalmente con la madurez del niño, ésta desaparece.
Cuando se trata de mentira propiamente dicha, tendríamos que preocuparnos si es recurrente o si se presenta como:
a. Mentira patológica: La famosa "mitomanía" que surge del niño que intenta persuadir y convencer a los demás de la realidad de sus relatos. Esta es la mentira que se vuelve habitual, una forma normal de reaccionar en el niño.
b. Mentira neurótica: Surge como producto de un nivel elevado de ansiedad en el niño o del temor en general. Por ejemplo el caso del niño que habitualmente miente acusando a sus profesores de mal trato para ocultar su rechazo escolar.
¿QUÉ HACER ANTE LA MENTIRA?
¿QUÉ HACER ANTE LA MENTIRA?
Lo primero que tenemos que hacer como padres o maestros es determinar qué tipo de mentira es con la que estamos lidiando y, sobre todo, qué la está motivando. Si no sabemos cuál es la causa de ese "auxilio" desesperado en el niño, corremos el riesgo de equivocarnos en la intervención.
La actitud que tengamos va a ser determinante. Será necesario:
- Reaccionar con calma aunque con severidad.
- Felicitar o premiar al niño que confiesa la verdad. Si lo castigamos a pesar de que ha confesado, estamos reforzando su hábito de mentir (la próxima vez lo hará con más cuidado para que no lo descubran...). Sólo en última instancia habrá que acudir al castigo.
- Favorecer un ambiente de confianza, en la que el niño se anime a contar sus travesuras y sus errores. Que no sienta que cada vez que habla, hay consecuencias drásticas.
- Estar alertas. Por mucho que amemos a nuestros hijos, tenemos que aceptar que a veces fallan, que no son perfectos e ideales como los hemos imaginado.
Lo ideal es que estas condiciones se den a modo de prevenir la mentira en el niño ("es mejor prevenir que lamentar"). Si estas condiciones se dan en su hogar, seguramente el hábito de la mentira no se dará; o si es que ya existe, irá desapareciendo en el niño. Si no llegara a desaparecer, lo más recomendable es buscar orientación profesional.
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¡Ánimo padres! Un gran reto nos espera en la formación de la honestidad en nuestros pequeños.
FUENTE: http://www.inteligencia-emocional.org/familia/cuando_el_nino_miente.htm
Lic. Pilar Ramírez V. - Psicólogo
Interesante tema. Gracias por abordarlo.
ResponderEliminarMuy completo. Gracias por compartir.
ResponderEliminarUn saludo